Cambio tecnológico, crecimiento, educación y empleo: ¿le queremos vender al mundo disquetes de 5,25 pulgadas?

Vamos a necesitar inversiones pero, además, una legislación que permita una rápida adaptación de los recursos productivos, capital y trabajo, hacia los nuevos sectores
Por Roberto Cachanosky
9 de julio de 2019

Automatización de procesos industriales
Automatización de procesos industriales

A mediados de 1985 comencé a escribir todos los domingos una nota sobre temas económicos en el diario La Prensa, en ese momento el dueño y director del diario era Máximo Gainza Paz, gran persona a la que llegué a tenerle gran afecto personal por la forma en que tuvo que luchar para sostener a flote el diario. En esa época escribía mi nota con papel y lápiz. Tachaba, corregía y luego se lo pasaba a máquina. Se hacía una fotocopia de la nota para el archivo, le llevaba el original al director todos los viernes, charlábamos un rato y luego mandaban la nota a que la compusieran.

Con el tiempo apareció el fax y comenzó a utilizarse en forma masiva. Ya no había que llevar la nota. Se la mandaba por fax. Luego compré mi primera PC, así que escribía y corregía la nota en el ordenador. La imprimía y la mandaba por fax. Con el tiempo, ya escribiendo para El Cronista, las notas las empecé a mandar por mail. Posteriormente, cuando se desarrollaron los diarios digitales, mandaba notas y al rato, o a la mañana siguiente, ya estaban online.

Ese proceso no debe haber llevado más de 10 o 15 años. El fax reemplazó al motoquero que llevaba la nota. El mail reemplazó al fax. El mensaje de texto en el celular fue reemplazado por el WhatsApp en muy pocos años.

 Ahora que se habla de la integración económica con la UE aparecen los típicos proteccionistas que empiezan a oponerse. Alguno me ha dicho que esa apertura podía dejar sin trabajo a los empleados de una fábrica de medias. ¿En serio quieren lograr el desarrollo del país fabricando medias en el medio de la era de la transformación tecnológica?

Hace pocos años no se usaba Netflix, Uber, WhatsApp, homebanking, Airbnb, Spotify, Waze, Twitter, Facebook, Instagram ni se vendían en forma masiva los SmarTV.

La velocidad en los cambios tecnológicos es tal que al ser humano le cuesta adaptarse, pero lo tiene que hacer. Mucho se habla de trabajos que hoy no existen y van a existir dentro de unos años. En realidad desconocemos qué va a ocurrir. Por ejemplo, cuando apareció el cine se creía que desaparecía el teatro y sin embargo ambos conviven. Cuando apareció la televisión se creyó que desaparecía la radio y ambas conviven. Hoy vemos las películas online pero el cine y la televisión por cable siguen existiendo. Tal vez hoy tenemos más opciones, aunque algunos sectores mueren y otros nacen.

A fines de los ’80 y los ’90 existían los videos clubes de barrio donde la gente iba a alquilar sus películas. Luego vino Blockbuster, que nació en 1985 y desplazó del mercado a los videos clubes de barrio. Pero Blockbuster duro menos de 20 años. ¿Quién sigue viendo películas en DVD en sus casas hoy en día?

 La realidad es que la velocidad en el cambio tecnológico hace que desaparezcan actividades, aparezcan otras, lo que Joseph Schumpeter denominó ‘destrucción creativa’ en su libro Capitalismo, Socialismo y Democracia

Señalo la velocidad de los cambios tecnológicos porque los mismos producen rápidas modificaciones en la asignación de los recursos productivos y de la mano de obra. Puesto en otras palabras, ahora que se habla de la integración económica con la UE aparecen los típicos proteccionistas que empiezan a oponerse. Alguno me ha dicho que esa apertura podía dejar sin trabajo a los empleados de una fábrica de medias. ¿En serio quieren lograr el desarrollo del país fabricando medias en el medio de la era de la transformación tecnológica?

En 1960, las empresas más grandes del mundo por su capitalización bursátil eran AT&T, General Motors, Exxon, General Electric, Texaco y Kodak entre otras. Algunas de ellas han desaparecido, como Kodak. Hoy las más grandes son Apple, Microsoft, Amazon, Aphabet, Berkshire Hathaway, Johnson y Johnson, Alibaba, Facebook, etc. Es decir, hasta los ’90, las empresas más grandes eran del rubro industria manufacturera, petrolera y tal vez algún banco. Hoy, mirando las primeras 10 empresas, en su mayoría son del rubro tecnología. Este dato no es bueno ni malo, simplemente es.

El gráfico muestra la participación porcentual en el índice S&P de las 10 empresas más grandes del mundo tomando el sector productivo. Como puede verse, la suma de los porcentajes no solo muestra que las tecnológicas hoy tienen el mayor peso, sino que el rubro servicios en general ocupa el mayor porcentual.

Este comentario no es ni en contra de la industria ni a favor de otros sectores, simplemente es. Es decir, la realidad es que la velocidad en el cambio tecnológico hace que desaparezcan actividades, aparezcan otras, lo que Joseph Schumpeter denominó «destrucción creativa» en su libro Capitalismo, Socialismo y Democracia.

 De las Fortune 500 surge que Wall Mart es la empresa que más empleados tiene en el mundo, 2.200.000; y Ford tiene 199.000. Amazon tiene 647.500 y General Electric 283.000. Dos tercios de los puestos de trabajo de los países desarrollados están en el sector servicios

Así como antes de la revolución industrial la mayoría de la gente trabajaba en el campo y luego hubo un desplazamiento de la población de los campos a las ciudades para trabajar en las fábricas, en los últimos 15 o 20 años los sectores que más puestos de trabajo generan son los ligados a los servicios en tanto que la industria manufacturera se automatiza. Trabajan robots. De las Fortune 500 surge que Wall Mart es la empresa que más empleados tiene en el mundo, 2.200.000; y Ford tiene 199.000. Amazon tiene 647.500 y General Electric 283.000. Dos tercios de los puestos de trabajo de los países desarrollados están en el sector servicios.

Es cierto que la tecnología destruye puestos de trabajo, pero también los crea. Trabajos que antes no existían son, por ejemplo, el social media manager, analista de big data, especialista de la nube, creador de contenidos de Youtube, operador de drones, desarrolladores de nuevas aplicaciones, etc. El trabajo tiende a ser cada vez más cerebro intensivo y menos trabajo manual repetitivo.

 Si siempre fue necesario tener flexibilidad en la legislación laboral para poder tener una baja tasa de desocupación, con la velocidad de los cambios tecnológicos esa exigencia es mayor aún y crece todavía más si logramos integrarnos al mundo vía el acuerdo con la UE

De lo anterior se desprende que si queremos crecer, vamos a necesitar inversiones pero, además, una legislación que permita una rápida adaptación de los recursos productivos, capital y trabajo, hacia los nuevos sectores que va generando la nueva tecnología.

En definitiva, si siempre fue necesario tener flexibilidad en la legislación laboral para poder tener una baja tasa de desocupación, con la velocidad de los cambios tecnológicos esa exigencia es mayor aún y crece todavía más si logramos integrarnos al mundo vía el acuerdo con la UE. Salvo que con nuestra acostumbrada soberbia pretendamos venderle al mundo disquetes de 5.25 pulgadas.

 El sindicalismo, la distorsión de la historia y la banalidad en la educación se apoderó del sistema educativo, con lo cual se puede condenar a los chicos a no tener la capacidad de adaptación a las nuevas tecnologías

Como última reflexión, diría que es fundamental la educación para que los chicos puedan enfrentar el mundo laboral que viene. El capital humano va a ser clave, por eso, en vez de que la profesora de ESI haga vestir de gaucho a las chicas y a los chicos de chinas, mejor que dediquen el tiempo a enseñarles a pensar. Dicho en otras palabras, nuestro primer cuello de botella para poder crecer está en la educación, porque los maestros dejaron de ser maestros para transformarse en trabajadores de la educación. El sindicalismo, la distorsión de la historia y la banalidad en la educación se apoderó del sistema educativo, con lo cual se puede condenar a los chicos a no tener la capacidad de adaptación a las nuevas tecnologías.

Parece mentira, pero el primer paso para reconstruir la Argentina se repite como en 1869 cuando Sarmiento mandó a hacer el primer censo y descubrió que el 70% de la población era analfabeta. ¿Qué hizo esa generación que hoy desprecian amplios sectores progres? Educar a la gente para construir un país. Sin una educación de excelencia, no hay futuro de crecimiento económico.

https://www.infobae.com/opinion/2019/07/09/cambio-tecnologico-crecimiento-educacion-y-empleo-le-queremos-vender-al-mundo-disquetes-de-525-pulgadas/?fbclid=IwAR2OqOhQktl133xxxWk24WBMBJZ_aAB8-0OeHa55kel_5neQ8zf0KjMDIA0

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